Trabajar en un almacén requiere organización, precisión y agilidad. Las tareas repetitivas, los tiempos ajustados y la necesidad de mantener altos estándares de seguridad pueden hacer que la jornada sea exigente. Por eso, optimizar el tiempo no solo mejora la productividad, sino que también reduce el estrés y los errores. A continuación, te damos algunas claves prácticas para lograrlo.
El desorden es uno de los principales enemigos del rendimiento. Asegúrate de que las herramientas, etiquetas, dispositivos o materiales estén en su lugar y a mano. Un área de trabajo limpia y ordenada reduce desplazamientos innecesarios y mejora la rapidez en la ejecución.
Familiarizarte con la distribución del almacén puede ahorrarte mucho tiempo. Aprende las rutas más eficientes para recoger o entregar productos, y evita trayectos innecesarios. Algunos almacenes implementan rutas predefinidas, pero si no es el caso, desarrolla la tuya teniendo en cuenta la lógica del flujo de trabajo.
Si tienes que realizar varias tareas en distintas zonas, intenta agruparlas por cercanía o tipo de actividad. Esto ayuda a minimizar los desplazamientos repetidos y te permite concentrarte en bloques de trabajo similares, lo que incrementa tu velocidad y eficacia.
Carretillas, transpaletas y escáneres son herramientas que pueden ayudarte a trabajar más rápido, pero solo si las manejas con soltura. Si no te sientes cómodo/a o segura/o utilizándolos, solicita una breve formación adicional. El dominio de estas herramientas marca una gran diferencia.
Muchos almacenes cuentan con sistemas de gestión (WMS) que ayudan a planificar las tareas. Aprende a sacarles el máximo partido: revisar el orden de pedidos, comprobar el stock o escanear correctamente los códigos de barras puede evitar errores y pasos innecesarios.
El tiempo también se pierde por falta de coordinación. Asegúrate de estar al tanto de los cambios en turnos, asignaciones o prioridades. Comunicarte de forma clara con tus compañeras/os y responsables evita malentendidos que terminan retrasando el trabajo.
Parece contradictorio, pero descansar cuando toca también optimiza tu tiempo. Estar fatigado/a puede llevarte a cometer errores o reducir tu ritmo de trabajo. Hidrátate, respeta los descansos y utiliza el equipo de protección adecuado para evitar lesiones que podrían frenarte a largo plazo.
Optimizar el tiempo en el trabajo de almacén no requiere grandes cambios, sino hábitos consistentes. Con organización, buenas prácticas y comunicación efectiva, es posible rendir más, con menos esfuerzo.
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