Una de las claves para el éxito organizacional es contar con equipos alineados con los objetivos estratégicos. Sin embargo, no basta con comunicar metas: hay que lograr que las personas empleadas se sientan parte de ellas. Involucrar al equipo no solo mejora la productividad, también refuerza el sentido de pertenencia y reduce la rotación.
En este artículo te explicamos cómo conseguirlo de forma práctica.
No basta con enunciar metas genéricas como "aumentar ventas" o "ser más eficientes". Las personas necesitan saber el propósito detrás del objetivo y cómo contribuyen desde su rol.
Ejemplo: En lugar de decir “reducir costes un 10%”, comunica: “queremos optimizar recursos para invertir en mejores herramientas y beneficios para el equipo”.
Muchas veces la desconexión ocurre porque quienes integran el equipo no ven cómo sus tareas impactan en el resultado global.
Solución: Relaciona los KPIs del área con los objetivos generales. Si trabajas en retail, por ejemplo, explica cómo una buena atención en tienda contribuye al índice de fidelización y ventas.
Haz partícipe al equipo en la definición de objetivos locales o en la planificación de acciones. Incluir sus ideas genera mayor compromiso.
Herramientas útiles:
- Reuniones de feedback quincenales
- Encuestas internas breves
- Tableros colaborativos con ideas o retos
Reconocer el esfuerzo durante el proceso también es fundamental. Celebrar pequeños logros refuerza la motivación y mantiene la energía.
Consejo: Establece métricas intermedias y comparte públicamente los avances. Puedes incluir reconocimientos semanales o mensuales a nivel individual o grupal.
Las personas responsables de equipo son claves para transmitir visión, resolver dudas y detectar bloqueos. Si no están alineadas ni capacitadas, será difícil movilizar al resto.
Invertir en su desarrollo es apostar por un liderazgo efectivo y motivador.
Las metas no se alcanzan con control excesivo, sino generando un entorno donde cada persona pueda aportar, innovar y ser escuchada. Confianza, autonomía y feedback constructivo son pilares esenciales.
Incluir al equipo en el seguimiento de objetivos con herramientas visuales y accesibles ayuda a mantener el enfoque.
Algunos ejemplos:
- Tableros de progreso compartidos (Trello, Asana, Monday)
- Reuniones breves de seguimiento (dailys o weeklies)
- OKRs compartidos con todo el equipo
Involucrar al equipo en los objetivos de la empresa no es solo una cuestión de liderazgo, sino de cultura organizacional. Las personas que entienden el “para qué” y se sienten parte del proyecto tienen más motivación, más compromiso y más ganas de contribuir.
Si quieres atraer y fidelizar talento alineado con los valores de tu organización, asegúrate de contar con una estrategia clara de comunicación interna y employer branding.
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